Con esta entrada, doy por terminado este largo relato sobre los volcanes, activos o inactivos, que Robert G. Dunlop pudo visitar en sus viajes por la Centroamérica posfederal, alrededor de 1845 y el 46. En esta conclusión, acompañémoslo en su fascinante pero terrible ascenso al complejo volcánico de Pacaya.
Debe estar conectado para enviar un comentario.